VIaje en moto Explora Albania.

Día 1 - - 0

Los colores caleidoscópicos le dan la bienvenida a la moderna Tirana, la brillante y animada capital. Tan pronto como aterrice, podrá realizar un rápido viaje desde la pista hasta su hotel en el centro de la ciudad. Los rumores sobre montañas y mesetas salvajes ya son visibles, pero hoy es el momento de explorar el prometedor contendiente de Europa.

Tirana ha sido golpeada y magullada por el comunismo, el colapso de los esquemas piramidales y los disturbios civiles. Pero cuando llegó la primavera del siglo XXI, ella floreció maravillosamente. Edi Rama, el primer ministro de Albania, no era un hombre que se dejara encerrar por la política. El ex profesor de arte incitó al país a utilizar pinceles en lugar de armas. Al pasear por las tranquilas y ventosas calles de Tirana, verá los monótonos edificios comunistas que se han quitado sus abrigos de invierno y están pintados en tonos vibrantes.

Adéntrate en el refugio nuclear subterráneo de Bunk Art, donde los horrores orwellianos del régimen de Hoxha han sido recopilados y exhibidos en un museo con forma de laberinto. La prueba de que los albaneses se han despojado del terror de su pasado para perfeccionar el arte de vivir bellamente se puede encontrar en la energía palpable que irradia el dolorosamente fresco distrito de Blloku. El antiguo barrio de la élite de la "fiesta" ha abierto sus puertas y ahora está repleto de una sensual cultura de cafés, bebidas nocturnas y terrazas en las aceras salpicadas de invitados bien vestidos.

Día 2 - 205

Dale el primer bocado al dulce melocotón que es la campiña albanesa mientras dejas atrás la ciudad en una nube de polvo. Encontrarás que el mundo se abre en un espejismo de montañas arrugadas y caminos sinuosos. Aquí, los caminos se vuelven ingrávidos y vacíos, como si estuvieran tallados para tu placer, salvo por uno o dos burros dormidos. Pase por pueblos desordenados donde las casas locales gimen bajo el peso de las enredaderas y se venden tarros de miel de color ámbar al costado de la carretera. Siga el pico nevado del monte Tomorri, aclamado como el Olimpo albanés, que marca la antigua ciudad otomana de Beret en el mapa.

La ciudad de las mil ventanas, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es un lugar idílico para almorzar. Un imperio del siglo XV atrapado junto a un río verde y prados con un millón de flores silvestres. Después del almuerzo, diríjase a la ruinosa ciudadela dorada, también conocida como The Kala, para pasear por las calles adoquinadas que alguna vez sirvieron como mirador defensivo, pero que ahora son una ventana perfecta hacia las montañas.

Continúe a través de praderas, pueblos coloridos y limos salados que comienzan a susurrar el fin de la tierra. Mientras los rayos dorados de la tarde chisporrotean en el camino, de repente el canto de sirena del mar Jónico llega a ti. Alójate en un hotel frente al mar con vistas al azul y a la silueta curva de las montañas que conforman el Parque Nacional de Llogora. Trozos de arena y aguas cristalinas invitan a darse un chapuzón al atardecer antes de cenar pescado bajo las estrellas.

Día 3 - - 200

Vuela por encima de las nubes de la mañana mientras tomas la carretera que sube desde la resplandeciente costa hasta los acantilados rocosos del Parque Nacional Llogora. A la vertiginosa altura de 1.000 metros, puede resultar difícil separar el cielo del mar. Siga la carretera que bordea las costas de la Riviera albanesa. Deslizamientos de arena y topacios azules marcan las huellas de Homero en el mapa; sin embargo, estas tierras costeras de templos griegos en ruinas, cuentos de mitología y extensos olivares permanecen lejos del radar turístico. Tome un almuerzo tranquilo en la ciudad veraniega de Ksamil, donde se sirve fondue de camarones a fuego lento con vistas de Corfú y vino fresco Debine.

Gire hacia el interior, afrontando pasos de montaña que se curvan como señales de humo hasta llegar al ferry dibujado a mano. Una balsa local que te lleva a través del estrecho del río con vistas a la colonia prehistórica de Butrint. Incluso antes del siglo VI, cuando desembarcaron los griegos, Butrinto ya estaba ocupada. Después de los griegos vinieron los romanos; tras su caída: los bizantinos. Capas de historia se desmoronan y, bajo el velo del bosque, encontrará impresionantes anfiteatros, baños públicos y mosaicos deslumbrantes, todo ello bajo la sombra de la acrópolis.

Tome el último camino que conduce a la ciudad de piedra de Gjirokaster. En esta joya de la UNESCO, las calles verticales adoquinadas exhiben encajes hechos a mano, alfombras tejidas de color rojo opio y pinturas en piedra cinceladas. Gjirokaster es una de las ciudades más famosas de Albania, hogar del querido autor Ismail Kadare y lugar de nacimiento del ex dictador Enver Hoxha.

Día 4 - - 235

Después del desayuno, dirígete a la punta de la ciudad adoquinada para pasear por las murallas del castillo de Gjirokaster. Esta legendaria fortaleza alberga una embriagadora mezcla de altísimos corredores de piedra, cañones impactantes y aviones de combate caídos. Si las paredes pudieran hablar, el castillo contaría historias que se remontan al siglo XII; de bastión otomano a prisión rebelde bajo el último gobernante romántico del siglo XX: el rey Zog.

Deje atrás la encantadora ciudad de piedra y diríjase hacia las montañas de Nemercka y los bosques de pinos donde deambulan los lobos salvajes. Los prados alpinos resplandecen con amapolas rojas como besos de lápiz labial en la hierba. El camino se abre en largos tramos rectos que transcurren junto a aguas lechosas y puentes crujientes. Haga una parada para nadar en las aguas termales de la hermosa Benja. Rodeado de montañas nevadas y cañones profundos donde los lugareños dicen que sólo Dios espera; Las aguas ricas en azufre calman tanto el cuerpo como el alma.

Pasa la frontera griega mientras subes a las montañas Pindus. Haga una parada en Sotire Farm para almorzar, donde el menú siempre incluye trucha al horno, ensaladas de cosecha propia, pan integral y el vino tinto exclusivo de la familia. A medida que las montañas Pindus descienden, se ve por primera vez el lago Ohrid, tan ancho como el mar y tan tranquilo como el cielo. Pasea por el paseo marítimo lleno de toboganes, niños riendo y barcos de pesca que surcan la superficie. Déjese llevar por la juerga junto a la orilla del agua y cene el Corán, el famoso pescado que la Reina de Inglaterra una vez declaró Reina del Lago.

Día 5 - - 250

Levántese temprano para ver el amanecer sobre el resplandeciente lago antes de subirse a su bicicleta y dirigirse hacia el sur, hacia Maliq. Los bosques de coníferas se elevan escondiendo lobos, jabalíes y ciervos de patas largas y las montañas se arquean como una columna vertebral. Al entrar en Devolli Gorge se oyen ecos del Gran Cañón mientras las rocas rojas arden bajo el sol de la mañana. Deje que el motor se eleve mientras corre por los rápidos del río Devolli, donde las vigas blancas del río intentan abordar los furiosos rápidos.

Las cuevas y corredores alrededor del desfiladero de Devolli han desenterrado cerámica micénica de la Edad del Bronce, antiguas pinturas rupestres y tumbas ilirias llenas de joyas. Sigue rugiendo junto al río hasta que el desfiladero te escupe en Gramsh, en el país de Elbasan, un mundo de cuento de hadas lleno de cascadas, lagos curativos y cañones. Esta zona también alberga dos poderosas represas. Albania es un país bendecido con abundante agua; Ríos caudalosos, lagos anchos, arroyos cantores y el pulso del mar. Casi el cien por ciento de la electricidad de Albania proviene de la energía hidroeléctrica.

Vuela por el Parque Nacional Shebenik-Jabllanice, donde abundan los estanques glaciares, las moras silvestres y los tramos de carretera vacíos. Peshkopi llama como destino final del día. Situada al este del río Black Drin, durante la era otomana fue una vez una ciudad comercial turca y ha conservado su estatus de ser una parada importante en la ruta gastronómica.

Día 6 - - 230

La primera vez que ves las Montañas Malditas, el corazón te acelera en el pecho. Esta mañana serán tuyos mientras tomas la carretera que bordea Black Drin hasta Valbone. El espejismo de esos inexpugnables picos blancos parece una fortaleza que guarda los secretos del Norte. Éstas son las tierras de la feroz historia de Albania. Un lugar donde generaciones han vivido al margen de su propia ley, siguiendo la palabra del antiguo Kanun. Donde cintas negras prendidas en una manga susurran la muerte y fantasmas de la historia deambulan por el altiplano.

Al ingresar al Parque Nacional Valbone, las montañas se oscurecen en capas de un verde tan exuberante como Hawaii. Los arroyos y ríos comienzan a adquirir un tono turquesa y blanco hielo a medida que galopan sobre suaves rocas, y las aldeas se desvanecen dando paso al drama y los giros temerarios. El ganado descansa sobre el asfalto humeante y los ponis salvajes galopan por las carreteras. El sol se pone rápido en lo alto de estas montañas donde corren ríos de piedra y tiemblan las flores silvestres.

Dé un paseo por los bosques antiguos donde la luz del sol se filtra a través de los árboles y los molinos de agua en ruinas sirven de refugio a los lagartos luminiscentes que se refrescan en las sombras. Deténgase en uno de los acogedores chalets de montaña revestidos de madera para pasar la noche durmiendo bajo el peso de un gran silencio, con sólo unos pocos intrépidos excursionistas como compañía.

Día 7 - - 200

Es fácil empezar temprano cuando canta el gallo. Con el aire fresco de la mañana, tome la carretera que fluye como un río desde Valbone hasta Fierze y hasta la orilla ahusada del lago Koman. Aquí, abordará el ferry para realizar un crucero de tres horas a lo largo de fiordos en forma de cinta flanqueados por asombrosas agujas de montañas. Las montañas y los lagos permanecen aparentemente intactos, con sólo el punto de una granja solitaria en las colinas, o el ocasional bote de remos repleto de cabras que balan.

Creado por una presa hidroeléctrica de 1980, es difícil creer que algo tan magnífico pueda nacer de la visión del hombre. Las paredes verticales de piedra caliza se presionan contra el lago, creando una escena que se destacaría en cualquier fantasía cinematográfica. Es fácil entender por qué esta travesía ha sido declarada uno de los mejores paseos en barco de toda Europa. En el otro lado, continúa serpenteando a lo largo del río Drin hasta que se alza la Fortaleza Rozafa de Shkoder.

Shkoder es una de las ciudades más antiguas de Europa, fundada en el siglo IV a. C. y todavía tiene un aire de antigua ruta comercial. Conquistada por los romanos, tomada por los serbios y arrebatada por los turcos, Shkoder ha pasado por jirones y lágrimas antes de convertirse en parte de Albania en 1912. Hay un toque de glamour del viejo mundo que resuena en las antiguas mansiones reconvertidas, el gorjeo de la llamada. hasta la oración de las grandes mezquitas y el vibrante recuerdo de los viejos barcos mercantes que pasaban por las orillas del Drin y Buna en ruta hacia el cercano Montenegro. Deje atrás la sombra de Shkoder mientras toma el último tramo llano hasta Tirana, llegando justo a tiempo para tomar una copa por la noche.

Día 8 - - 0

Aquellos que tengan un poco más de tiempo antes de su vuelo pueden disfrutar más del encanto de Tirana, ya sea profundizando en el drama del pasado con una visita a la enigmática Casa de las Hojas para presenciar las tácticas de la policía secreta de Hoxha. De lo contrario, mantenga las cosas tranquilas y relajadas sentándose en uno de los restaurantes al aire libre, tomando su último byrek y bebiendo un raki picante antes de su vuelo. Finalmente ha llegado el final del camino; Ha sido una semana repleta de rincones desconocidos, lugares secretos y exploraciones intrépidas. Días de baile con la energía del camino abierto, contemplación silenciosa en la cima de las cimas de las montañas, historias inolvidables y momentos raros que te hacen preguntarte si todo fue la chispa de un sueño loco. Donde quiera que vaya, seguramente llevará fragmentos de Albania en su corazón porque algunos lugares son simplemente inolvidables.